“Dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas”
Queridos diocesanos, no dejemos pasar esta oportunidad. (…) La Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, que celebramos en la Semana Santa, es la gran escuela en la aprendemos a conocer, amar y seguirle. Para ello es necesario contemplar a Cristo por fuera y por dentro.
Fijarnos en todo lo que tuvo que pasar, escuchar sus palabras, fijarnos en sus actitudes, sus sentimientos, sus reacciones… (…) Ser discípulo de Cristo es seguir su ejemplo. Así, les dice: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mt. 11,29); y también, "como yo os he amado, así también debéis amaros vosotros los unos a los otros" (Jn. 13,34).
Como le pasó a todos los apóstoles, a San Pedro le costó ser un verdadero discípulo de Jesús. (…) Pese a su debilidad, con dolor y lágrimas, acabó aprendiendo a ser un verdadero discípulo. Por eso, en su primera carta, nos recuerda a todos: "Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca. Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban; sufriendo no profería amenazas; sino que se entregaba al que juzga rectamente.
Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el madero de la cruz, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Con sus heridas fuisteis curados". (1Pe. 2,21-24).
Jesús nunca pidió hacer algo que Él no hiciera antes. Todas sus palabras son creíbles porque siempre iban acompañadas con los hechos. (…) Para ser realmente cristianos debemos seguir las pisadas de Cristo, viviendo como Él vivió, imitando su modo de actuar, su amor, su misericordia, su bondad y generosidad. (…) En la Semana Santa, podemos hacer memoria, contemplar y aprender de Cristo para llegar a "tener entre nosotros sus mismos sentimientos". (…) Esta Semana Santa es el momento, poneos en camino, "buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón".
† Bernardo Álvarez Afonso
Obispo Nivariense
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