Santuario Virgen de Los Reyes

La Ermita de Nuestra Señora de los Reyes es el santuario donde se venera a la patrona de la isla de El Hierro (Islas Canarias, España) la imagen de Nuestra Señora de los Reyes. La ermita se encuentra en la Dehesa, terreno comunal, ubicado  en el municipio de La Frontera.
La ermita es de mampostería encalada y tejado a dos aguas y está rodeada de un muro sin almenas. La ermita fue levantada en el siglo XVI para honrar y dar culto a la patrona insular. En su interior se conservaba el retablo del siglo XVII donde se encontraba la imagen de la Virgen de los Reyes y las imágenes de los tres reyes magos de Oriente. 

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Este retablo fue sustituido debido a su deterioro en la década de los años ochenta, por otro de estilo sevillano, el cual fue retirado  en el año 2010 debido a un ataque de xilófagos. El actual es del año 2010, y en él se encuentra la imagen de “la Madre Amada”.




Imagen de la Virgen de los Reyes
virgen_reyesLa imagen de la Virgen -una talla gótico-renacentista del siglo XVI, según María Jesús Riquelme- es imagen de vestir, en madera policromada, que “representa a una joven madre de dulces y expresivas facciones, cuyo Hijo hace ademán de acariciarle el rostro”. Padrón Machín nos dice que “esta imagen pequeña, de cara dulce y acariciadora mirada, es un fiel retrato de la Virgen en los tiempos en que llevaba el Niño Jesús en sus brazos. Se refleja en su rostro y manos la inspiración y delicadeza del arte italiano”. Riquelme también nos informa de las diversas restauraciones a que ha sido sometida la efigie a través de los años. Así, en 1896 el escultor Nicolás Perdigón le restaura las manos y el rostro en La Orotava. En 1952 fue sometida a una nueva restauración. En esta ocasión fue Rafael Padrón el encargado de acometer el encargo, teniendo en cuenta que al año siguiente fue su Coronación Canónica, el 21 de marzo de 1953. Dos lustros más tarde, sería el artista recientemente Ezequiel de León, quien le reparara la cabeza y los brazos. Otra fecha importante fue el 24 de mayo de 1941, cuando se crea oficialmente la Cofradía de la Virgen, con asistencia de todas las autoridades y el párroco de la Villa. Esta Cofradía será suprimida y sustituida por la actual Fundación de la Virgen de los Reyes en 1993, de la cual forman parte, todos los sacerdotes con ministerio pastoral en la Isla, siendo el arcipreste su presidente; además de los tres mayordomos y camareras de la Virgen, el Consejo Arciprestal de Pastoral y representantes de los núcleos poblacionales insulares.
El 8 de diciembre de 1960 se encarga el trono Real a Lucena (Córdoba) y sus fiestas son:
-6 de Enero, día de los Reyes, por ser el día de arribada a la isla y en cumplimiento del Voto más antiguo que se conoce a la Virgen y que obliga a los herreños a subir a Su santuario a honrar a su madre Amada.
-Domingo más cercano al 25 de abril, Fiesta de los Pastores a la Virgen. Siendo la fiesta más antigua que se realiza en honor de la Virgen
-24 de Septiembre, la Fiesta Insular

Bajada de la Virgen
La Bajada de la Virgen de Los Reyes, se celebra el primer sábado de julio cada cuatro años. En ella la Virgen es trasladada desde su santuario, en La Dehesa, despoblada tierra de pastores, hasta la capital de la isla, La Villa de Santa María de Valverde. En la actualidad y, desde 1993 también visita las distintas parroquias de la isla.
El motivo que dio lugar a esta Bajada fue la pertinaz sequía que en 1740 sufrió la isla y que asoló sus ganados y diezmó a sus habitantes. Y el Voto realizado por todo el pueblo herreño en 1741. Para rogar su salvación éstos marcharon a la cueva del Caracol a pedir agua, y allí auparon a su madre “La Virgen” y la llevaron en procesión de rogativas a la Villa capital. Al llegar a la montaña de Ajare, el milagro se hizo. Una lluvia torrencial se desencadeno sobre la isla.
Desde 1745, ininterrumpidamente cada cuatrienio, los romeros acompañan a su “Virgencita” por un trazado de antiguas rutas pastoriles y caminos reales, atravesando la Isla de suroeste a noroeste. La pesada silla de viaje de piel marrón, (El Corso o Sillón de la Virgen), coronada por la bandera blanca de María, llega a la Villa atravesando el llamado “Camino de la Virgen”. Las consignas que nos transmiten los participantes del rito son: “¡Cuando veas la Bandera Blanca es que la Virgen se acerca! ¡Por allí, por donde ondea la Bandera, viene la Virgen! ”. Esta bandera se ha convertido, a lo largo de tantas Bajadas de la Virgen de los Reyes, en el digno estandarte y guion especial de la procesión y de sus participantes. En ella van bordadas las iniciales AM Ave María-, el saludo del Arcángel San Gabriel a la Virgen en la Anunciación.
Ante el trono de la Señora, unos bailarines y tocadores muy especiales, únicos, trazan sus bailes desde danzLa Dehesa hasta la Villa, en un agotador trayecto de cerca de 40 km en unas doce horas. “En una escena escalofriante y apoteósica, todos caen de rodillas cuando Ella aparece en la puerta del santuario, iluminada por los primeros rayos del sol naciente. Los bailarines que, de rodillas, han orado brevemente, se levantan, [gritan al unísono]“Viva la Virgen, Viva”, y comienza la procesión”. En relación con esta danza, el viajero Juan Antonio Urtusáustegui, en el siglo XVIII, nos decía: “pero lo que más admira, son las danzas que forman delante de la Imagen, que va en un sillón cubierto, desde que sale de su ermita, siendo menos fuertes los hombres que las mujeres en este ejercicio, pues hubo algunas en esta ocasión que yo asistí del mismo modo que en otras, que las seis leguas no cesaron ni un instante de bailar; cosa increíble a quien no hubiese sido testigo; y más que van descalzas, y que en sus vueltas, avances y retiradas, aumentan dos o tres leguas a aquella medida, sin parar, aun cuando se hace alto, como media hora en la cumbre. Añádase a esto los hiyides y gritos frecuentes de alegría… Jamás he gozado procesión más festiva, tan vistosa ni de igual concurrencia, suponiendo que no haya sido mayor de cuatro a cinco mil personas…”
entreyesLlama la atención el colorido y viveza de los bailarines, con curiosos tocados, que van delante del trono bailando sin cesar. Se dice que el origen de los bailarines es de la conquista de la Isla y tiene raíces árabes. Por ello, en principio, se adornaban con turbantes en la cabeza, a los que  incorporaban lazos y flores. Más tarde, fueron estos sustituidos por gorros, que también adornaban con los mismos elementos. En referencia al folklore que acompaña esta peculiar celebración, se ordenó, por aquellos comienzos, “adaptar para la fiesta de la Bajada una serie de músicas antiguas que acompañaban a la  imagen en su recorrido”. Talavera García también nos informa de que “desde entonces, podemos escuchar en esta celebración el característico sonido de los tambores y pitos, que se funden en la devoción de los miles de peregrinos que acompañan al cortejo”. El mismo investigador nos ofrece un estudio sobre el origen de esta peculiar vestimenta. Así, el hecho de que la Isla fuese una de las primeras en ser conquistada por los castellanos, unido a su aislamiento y lejanía, ha conservado la esencia de los primeros ritos de origen católico que llegaron a las Islas.
Fuente: Wikipedia y la hornacina.com

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